lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS MAESTROS SOMOS...

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Desde El Blog De Manu Velasco os traigo una interesante y excelente reflexión acerca de la que es la mejor y más maravillosa profesión del mundo...


LOS MAESTROS SOMOS SEMBRADORES



Hace ya varios años cuando estudiaba magisterio un profesor de la universidad me preguntó: ¿Qué es para ti la enseñanza?Acababa de aterrizar en la facultad y por aquel entonces se me llenó la boca de palabras técnicas y conceptos teóricos. Recientemente he tenido la posibilidad de volver a ver a este profesor, me recordó la conversación y me volvió a hacer la misma pregunta. En esta ocasión respondí rápida y brevemente, sin entretenerme en cuestiones inncesarias y en ninguna teoría. - "Querido Ramiro, enseñar es, ante todo, un acto de amor". Y a continuación os resumo el resto de la conversación:
Los maestros somos sembradores que sembramos semillas en el corazón de nuestros alumnos. Es allí, y no en la cabeza, donde realmente se comprenden las cosas que nos hacen ser felices y disfrutar de la vida. Tenemos la oportunidad y la suerte de llegar a su corazón e inundarlo de alegría. Ellos, a la vez, tocan el nuestro llenándolo de algo que yo identifico como gozo.
Existen sin duda muchas semillas, pero entre todas ellas, cinco se me antojan indispensables: amor, alegría, ternura, sinceridad y responsabilidad. Nuestros alumnos tienen que saber qué semillas hemos depositado en sus corazones y que estas irán creciendo a lo largo de su vida para enseñarles una verdadera lección:
De nada sirve aprender mucho, si luego nuestro corazón no es generoso y tierno, si hace que otros sean infelices y si no colabora para mejorar todo aquello que sienta que no es correcto. 
Por estos motivos, Ramiro, considero que la enseñanza tiene que ser artesana, cualitativa, basada en el cuidado y en el amor. Los sembradores debemos mimar nuestra huerta (clase), profundizar en la tierra (temas), sonreír, ser afectuosos, sembrar nuestras cinco semillas mágicas y regar las plantas (corazones).

Adiós Ramiro y gracias por tus semillas.




LOS MAESTROS SOMOS DJ´S

La vida palpita dentro de nuestras clases, por lo que la escuela se convierte en un espacio privilegiado. No siempre es así puesto que el sistema educativo actual tiene un esquema enseñante y disciplinar ajeno a la realidad de nuestros alumnos. En muchas ocasiones entrar en la escuela implica salir de la vida, de lo cotidiano... No debería ocurrir esto. Los maestros debemos ser DJ´S que partan de los intereses, preocupaciones y situaciones vitales que realmente afectan al alumno. Que acojan al niño y toda la vida que trae con él y en él. De esa vida parten sus motivaciones, y de ellas debería surgir siempre el aprendizaje.

No tenemos que obsesionarmos con los resultados, los frutos. Parece que las huellas que dejan nuestros alumnos son más importantes que los propios pasos.

Los maestros somos DJ´S porque extraemos de cada suceso, conflicto, éxito, adversidad... el potencial vital que contienen para conseguir un aprendizaje caracterizado por la sonrisa en el rostro y el gozo en el alma. Porque llenamos la escuela de sueños, ternura, caricias, entusiasmo, humor, alegría y creatividad. Porque añadimos a nuestros "grandes éxitos musicales" más: más corazón, más experiencias, más VIDA.


LOS MAESTROS SOMOS ALUMNOS

¿Quién es el maestro? Todos los maestros somos alumnos de nuestros alumnos, de nuestros compañeros, de lo desconocido y de la vida . Trabajamos juntos para  descubrir el mundo y nos convertimos en maestros al mismo tiempo que aprendemos. Estoy convencido de que el conocimiento se genera en red y para ello, nuestras aulas tienen que convertirse en un espacio de encuentro y de intercambio donde todos aprendamos.



LOS MAESTROS SOMOS TALLADORES

Los maestros somos talladores. Si "tallamos" de manera adecuada, nuestros "diamantes" brillarán para siempre. Serán capaces de decidir sus caminos, de aprender de sus errores, de tolerar y reconocer dificultades, de soñar y conseguir grandes sueños, de darse nuevas oportunidades cuando fracasen, de escuchar y ponerse en el lugar de los demás...
¿Cómo podemos los maestros contribuir para que nuestros alumnos brillen para siempre?
- No bombardeándolos con información que no sea aplicable a la vida.
- Enseñándoles a leer (palabras, sentimientos, emociones, situaciones...) para que puedan disfrutar del gran libro de la vida.
- Valorando las cualidades de cada uno y respetando las diferencias.
- Percibiendo lo invisible en sus miradas.
Al final todos brillarán, tarde o temprano, todos brillan, solo hay que tener fe y saber ver un diamante donde, a simple vista, solo se ve una piedra. 




LOS MAESTROS SOMOS CAMAREROS

Los maestros somos camareros y en nuestro "bar" los alumnos pueden encontrar las especialidades más sabrosas y nutritivas.
Estas especialidades educan para la vida, hacen que los alumnos adquieran una conciencia crítica, aumentan la autoestima, preparan para sobrevivir a las tormentas sociales, animan a explorar lo desconocido y a desarrollar la solidaridad, la tolerancia, la seguridad y la creatividad.
Todos los días nuestros alumnos necesitan, al menos, alguna de estas especialidades y ahí estamos los maestros, como buenos camareros, para servírselas al instante con la mejor de nuestras sonrisas y con una tierna mirada.



LOS MAESTROS SOMOS MAQUINISTAS

Los niños necesitan sentir nuestro calor, la seguridad de estar protegidos por alguien, sentirse a salvo, a gusto y felices. Hoy en día tienen de todo y sería terrible que les faltara lo esencial. ¿Qué es lo esencial? Protección, seguridad, afecto y cuatro tes. Los maestros conducimos todos los días el tren de la felicidad infantil, un tren cargado de lo esencial. En este tren nuestros alumnos podrán alcanzar lugares insólitos como las nubes, la luna, el fin del mundo...
Ternura, tiempo, tranquilidad y tutela, nuestros quehaceres de cada día o como dicen los franceses "toujours", la forma más hermosa de decir siempre.



LOS MAESTROS SOMOS BUSCADORES DE 

TESOROS


Cada persona guarda en su interior un tesoro que tenemos que reconocer y sacar a la luz. Para conseguirlo debemos utilizar una pedagogía, unos métodos y unos procedimientos que tengan en cuenta los sentimientos y las emociones.

Todos llevamos dentro un ser único y diferente y por eso la educación ha de ser personalizada, atendiendo a las características individuales y sociales de cada uno. ¡Os animo a buscar tesoros!



LOS MAESTROS SOMOS REGALADORES

Nuestro trabajo va más allá de la transmisión y evaluación de unos contenidos a nuestros alumnos, pues como personas que son, se hace imprescindible y necesario que les eduquemos en valores. La mejor manera de hacerlo es convirtiéndonos en regaladores. Cada día debemos hacer a nuestros alumnos varios regalos. Después ellos, aprendiendo de nuestro ejemplo, los abrirán y compartirán con los demás.



LOS MAESTROS SOMOS ENFERMEROS

Necesitamos formar jóvenes que tengan una emocionalidad rica e integrada. Debemos contribuir a desarrollar en nuestros alumnos la seguridad, la tolerancia, la solidaridad, la perseverancia, la inteligencia emocional... Trabajar con la emoción es más complejo e importante que hacerlo con las áreas de Matemáticas, Lengua, Inglés o Conocimiento del Medio. Tenemos que "vacunar" a nuestros alumnos para que se zambullan en la sociedad con una adecuada preparación para vivir, de lo contrario, contribuiremos a formar personas insensibles, hipersensibles o alineadas. ¡Convirtámonos en enfermeros!



LOS MAESTROS SOMOS PESCADORES

Para enseñar lo más importante es conocer al niño. Existen dramas personales de los chicos que forzosamente dejarán huella en su aprendizaje. Debemos ser consciente de ello, al igual que de sus intereses y pasiones. Es imposible planificar o programar sin conocer a los actores principales de nuestras programaciones y proyectos. Si no los conocemos, ¿cómo podemos hacerlos "picar"? La ternura, la paciencia, el interés y la escucha son los mejores cebos.


LOS MAESTROS SOMOS EQUILIBRISTAS

¡Realmente somos equilibristas! Todos los días intentamos que nuestros alumnos se interesen por el conocimiento y lo vivan con emoción. Convertimos el aula en un espacio mágico de mejora para todos. Pero no es tan fácil como parece ser equilibrista. Diariamente tenemos que compensar:
Exigencia con dedicación: podemos exigir a nuestros alumnos siempre y cuando nuestra dedicación hacia ellos sea total. No hay lugar para el descuido o la apatía en nuestra tarea.
Organización con creatividad: nuestros alumnos deben respetar unas reglas y saber actuar correctamente a cada instante, pero tampoco está mal, de vez en cuando: soñar, visitar Babia, dar la clase al aire libre, jugar con las palabras, investigar, contar chistes, bailar, rapear poesías, leer tumbados, inventar un nuevo idioma, convertirse en monstruos, etc.
Libertad con responsabilidad: debemos hacerles ver que la libertad se consigue siendo responsables y respetando a los demás.



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